jueves, 15 de julio de 2010

Siempre niño.

Hola a todos


Bueno, por fin publico yo, Inés, que estado algunas semanas sin inspiración y, por tanto, sin poder hacerlo. Así que, espero que os guste.

Y bueno, me gustaría saludar a nuestro anónimo, el cual está dando vitalidad a nuestro “refugio” y está contribuyendo a hacerlo más ameno. Resulta muy interesante no saber tu identidad, aunque tenemos muchas ganas de hacerlo. Pasado mañana te contestamos más lentamente y te respondemos porque ahora no tenemos mucho tiempo.

Y por último, una pregunta, para que si quieres vayas contestando, esa “C” que pones al final de tus cometnarios, ¿es la inicial de tu nombre? Y, ¿eres de Madrid ciudad?

Y sin más, os dejo con el relato

Existe un lugar donde el tiempo no pasa; donde la vida es percibida como un juego. Sin pasado. Sin futuro. Con reglas que se improvisan.

El mar que lo rodea está habitado por sirenas y por piratas que navegan sin rumbo fijo. La tierra es de los indios. Y de las hadas, capaces de bendecir a unos pocos afortunados con el don del vuelo.

La magia se respira en el aire, y la imaginación rebosa de allá adonde mires.

Es por ello por lo que no transcurre el tiempo. Porque al observar un mundo así, el alma decide detenerse, dejar de avanzar para quedarse eternamente en el instantemente que contempla. Allí no se envejece.

Pero claro, todo esto queda demasiado lejos. Segunda estrella a la derecha, si mal no recuerdo.


Dedicado a Silvia, con mucho cariño. Porque ella sí que vive en el país de Nunca Jamás.


Inés.