domingo, 16 de febrero de 2014

Funcionamiento y aspecto de un corazón por dentro.


Hola a todos! De nuevo vuelvo a publicar yo, Inés, porque Patri sigue perezosa. Espero que os guste :)

A veces me pregunto cuál es la probabilidad de que un girasol se rebele. De que edifique su mundo de espaldas a la masa. De que no se deje llevar por el sendero fácil. De que se construya individualmente. De que marque una diferencia en su mundo de iguales. Cuál es la probabilidad, en definitiva, de que exista un girasol girado.

Cabe suponer que las posibilidades son más bien pocas, porque formar parte de la memoria colectiva resulta siempre apetecible. A fin de cuentas a nadie le gusta sentirse insignificante, ni siquiera a las plantas, y estar integrado en un todo dota en parte a la existencia de un sentido.

Por este motivo, aunque no crea en él, supongo que es obra del destino hacer coincidir a dos de estos girasoles en un mismo campo, y más aún, que estén lo suficientemente cerca como para que puedan llegar a conocerse.

Imagino que en el momento en el que lo hacen, la relación surge entre ellos de manera espontánea. Que el otro pasa a formar parte del uno de manera casi automática y viceversa. Una especie amor, entendido por supuesto de manera metafórica, similar a aquel que se teje entre las amapolas que crecen en los campos de trigo.

Y de pronto, seguro, sus días pasarán a sucederse con un ritmo apetecible. Al lunes le seguirá antecediendo el domingo, al martes el lunes, pero de un modo distinto al que la cultura por lo general entiende. En sus vidas habrá aparecido una luz, diferente a la del Sol, pero más luminosa que la del mismo. Un breve destello de esperanza (esperanza de vida, vida de esperanza). Un brillo. Un reflejo. Un resplandor. Un silver linning, como dicen los ingleses.

                Supongo que, en parte debido a todo esto, nadie va entender tanto estas líneas como tú vas a hacerlo, mi querido girasol girado. Constituirán un significado compartido, nuestro significado compartido. Algo que solo los dos poseeremos y que remitirá a uno de los mejores regalos que me han hecho nunca: un trozo de tu talento. Algo cargado de sentido y que para los demás, en cambio, se configurará como un secreto.

Funcionamiento y aspecto de un corazón por dentro. 


A Víctor Estal. Mi querido girasol girado.