Machuca posee una historia que merece ser contada. Y es que, hay personas que sin saberlo, tienen algo especial. Nunca nadie descubrió su verdadero nombre y puede que, de haberlo hecho, se hubiese perdido parte de la magia que le hacía parecer un niño.
Machuca no era el hombre más inteligente del mundo. Ni el más guapo. Vivía encerrado bajo un halo de ignorancia que le arrojaron al nacer y, poco a poco, fue demostrando que era único en el pueblo. En Jimena no había quien no le quisiera. Él amaba todo, sin apenas darse cuenta.
A través de sus gafas agujereadas, te dedicaba una mirada con la que, por muy lejos que se encontrase, era imposible no sentir ternura. Si había algo que podía regalar, era la más pura de las inocencias.
Machuca era, cuanto menos, peculiar. Pues el mejor sitio donde conciliaba el sueño era el cementerio. Cada noche escogía su nicho y descansaba allí donde nadie podía molestarle. No sé si era producto de su consciencia estancada o que realmente disfrutaba durmiendo entre los recuerdos de más de cien personas. Siempre me pregunté qué pieza de su mente faltaba, o cual tenía de más. De lo que estaba segura era que cambiarlo solo un ápice hubiera supuesto un delito.
Un día Machuca desapareció. Todo Jimena estalló en un nervioso desconcierto y su búsqueda se convirtió en la orden del día. Sin embargo, yo ya sabía donde estaba. Caminé despacio hacia el cementerio respirando en cada pisada el sabor de la certeza.
Machuca había elegido una noche de verano, el nicho más exclusivo, para descansar eternamente.
Patricia.
el final te ha quedado guay :)
ResponderEliminarPsché, pues si estando con fiebre escribes esos relatos, no me quiero ni imaginar lo bien que tienes que escribir cuando estés a pleno rendimiento :D
ResponderEliminarEn fin, patt, qué quieres que te diga, pues que muy bien, y que de nuevo has escogido un tema importante, la deficiencia mental. ¿Qué pasa cuando la cualidad principal del hombre, la mente, la inteligencia, la razón, se ve mermada y disminuida?
Brillante, como solo un relato de la gran autora PRM podría serlo :D
Enhorabuena patri :)
ResponderEliminarque bien escribes!
Ala!!! No sé por qué, me ha traido a la mente una canción de Radio Futura, El tonto Simón. No la conoceréis porque tiene más años que vosotros, pero está muy bien. Como el relato, que como dicen por ahí, lo mejor es el final. Un abrazo.
ResponderEliminarSilvia