martes, 11 de junio de 2013

Black Mirror, el esperpento moderno.

Después de estar un tiempo demasiado largo sin publicar, por fin encuentro tiempo e inspiración para volver a hacerlo! :) En esta ocasión, os dejo un comentario de una serie que acabo de terminar hace poco y que merece mucho la pena. Espero que os guste ;) 

En un mundo en el que todo está cada vez más conectado, ver la tele se convierte en sinónimo de desconexión, por paradójico que parezca. De desconexión, de desvanecimiento, de desentendimiento. De alejamiento de un mundo al que pertenecemos por pereza.

Ahora bien, ¿qué pasaría si a esa pantalla negra, conocida mundialmente bajo el nombre de “caja tonta”, le diese un día por actuar como un espejo? ¿Qué pasaría si al pulsar el mando la película tuviese por argumento un reflejo de lo que somos? La respuesta a ambas preguntas cabe en dos palabras inglesas: Black Mirror. Una serie en la que el factor común de sus episodios es el tema y no los personajes.

Ver uno de sus capítulos es similar a zambullirse en un sueño. Desde el principio sabes que lo que ocurre no es real aunque guarde con la vida un parecido espeluznante. Navegas por ese mundo permaneciendo a la espera. Todo resulta plausible pero sabes que tan solo es cuestión de tiempo y que en breves surgirá algo que no encaje. Se percibe en la atmósfera. Se palpa en el ambiente. Hay cierta irrealidad escondida tras la aparente normalidad que cada detalle desprende.

Y entonces, aparece: un chantaje absurdo, una aplicación que simula ser un fallecido, una grabadora que actúa como memoria, un pedaleo incesante y continuo… La evidencia que sitúa ese mundo en otro plano.

De este modo y lentamente comienza a formarse el torbellino. Aquello que apareció como diferenciador comienza a hacerse más y más grande. Y más rápido. Y más fuerte. El sueño comienza a adquirir el matiz de una pesadilla. La fractura entre realidad y ficción se hace cada vez más profunda. Más insalvable. Más evidente. El suelo cruje y se resquebraja. El viento aúlla ferozmente. Los personajes intentan escapar, pero ninguno lo consigue. Caen atrapados, como moscas. Son arrojados al huracán, presas de sus propios actos, víctimas de una sociedad a la que ellos mismos dieron alas.

Por suerte, el capítulo acaba y uno termina despertando. Sobresaltado y con un sabor ácido en los labios, te esfuerzas por repetirte que la ficción tras la pantalla queda, pero el peso del mensaje recibido es demasiado potente como para pasar a ser tan rápidamente ignorado. El regusto de la pesadilla recién soñada te persigue porque sabes que en esta ocasión algo de real tiene.

En tu cabeza queda un mensaje potente, taladrante, avasallador, penetrante, que ilustra aquello que podemos llegar a ser o en lo que quizás ya nos hemos convertido. Una insensibilidad tan grande que resulta grotesca, hiriente y humillante. Una indiferencia que culpabiliza por exagerar aquello que está empezando a ser. Un mundo virtual en el que lo natural no tiene cabida y cuya realidad se compone de elementos irreales. Un aislamiento absoluto ante cualquier resquicio humano. Un allanamiento continúo a la privacidad del individuo. Una esclavitud adornada con los brillantes trajes de la libertad. Una vida que transcurre en el recuerdo, o en el futuro, pero nunca jamás en el presente. Y un pueblo que no piensa. Que se burla sin entender, que vota sin meditar y que juzga sin comprender. Un pueblo al que todos pertenecemos y del que ninguno creemos formar parte.  


Black Mirror, el esperpento moderno. Una realidad que se deforma, que varía. Un espejo que nos devuelve una imagen grotesca de lo que somos. Una pantalla que, por primera vez en la historia, deja de ser caja tonta para mostrar una imagen oscura, perversa y deforme de cualquiera que se atreve a observarse en ella.

Mirarse en el espejo resulta a veces muy incómodo. 

A todo aquel que sea capaz de esforzarse por cambiar los reflejos más oscuros que el espejo le devuelve. 

2 comentarios:

  1. Tremendo. Me ha ENCANTADO. Lo que dices, y sobre todo, cómo lo dices. Cómo echaba de menos leerte!!! Empezaré a ver la serie este mismo lunes, que ya acabo, y así la comentamos. Hay que darle chicha al blog!

    Un besazo enore, guapísima!

    Patri.

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  2. Todos pensamos y sentimos más o menos lo mismo al ver cada capítulo de esta gran serie, pero sólo tú sabes sacarlo a la luz de la forma en que lo haces. Te sales del marco, amiga, te sales del marco!

    Peri.

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