martes, 12 de noviembre de 2013

La belleza de un instante.


Hola a todos! Soy Inés, y publico de nuevo después de mucho tiempo sin hacerlo. En esta ocasión os traigo más bien un pensamiento. Algo que no tiene mucho sentido, que no es una historia ni una reflexión propiamente dicha, pero que me ha ocurrido esta tarde. Cualquier comentario es bien recibido.

Mientras estaba estudiando he tenido la fortuna de levantar la vista y mirar a través de la ventana que me separa del mundo. Ocurre a veces que la vida decide enseñarnos un fragmento de ella misma, el cual suele adoptar la más diversa de las pluralidades y el cual, tristemente, suele pasar desapercibido en la mayor parte de las ocasiones.
Supe después que aquel, que ahora, era uno de esos momentos. Tuve una sensación extraña. Lo que observo, a pesar de su cotidiana monotonía, de su regular apariencia, de su carácter vulgar y de la más absoluta de sus normalidades, me parece inmensamente bello.
Los edificios que hay en frente de mi casa, esos que están siempre ahí, delante de la ventana, se han transformado en una silueta. Nada se percibe de ellos más que su forma. De un marcado negro, destacan sobre el amarillo del horizonte, el cual se va volviendo azul a medida que alzas la vista hacia lo más alto. Un continuo de colores que pasa de lo más claro a lo más oscuro. Un fondo de tonos entremezclados en el que las líneas no existen: sus contornos no están definidos y se desconoce dónde está el inicio y dónde el fin. Y a lo alto una estrella, la primera de la noche, que aparece brillando en el cielo, en la más absoluta de las soledades y ajena a todo aquello que desde aquí se percibe.
 A cada segundo que pasa puedo sentir como poco a poco el paisaje se desintegra, el azul se hace más oscuro, el amarillo se apaga, perdido en el horizonte, invadido por el peso. Forma y fondo comienzan a difuminarse. Eso es lo que hace que no pueda apartar la mirada. Un simple pestañeo y puede que cuando vuelva a mirar aquello haya desaparecido. Quizá el carácter efímero de la realidad es lo que más llega a embellecerla.
Porque ya está. En lo que he tardado en escribir estas líneas la magia a desaparecido, y aquello que me impulsó a iniciarlas sencillamente ya no existe. Una motivación nacida en el deseo de tratar de capturar en palabras algo que el olvido terminará por borrar de mi memoria. Un momento bello y perfecto que probablemente, o al menos desde este ángulo, ha sido únicamente apreciado por una persona.
El vecino de enfrente acaba de dar la luz de su cocina.
La oscuridad cae sobre Madrid y otro día más llega lentamente a su fin.
La ventana que me separa del mundo únicamente devuelve ya mi reflejo.
Dedicado a cualquiera que sepa apreciar la belleza de un instante a pesar de las circunstancias en las que pueda encontrarse envuelto.

5 comentarios:

  1. Muy bonito Inés, la verdad que a mí también me pasa muchas veces lo de los instantes, pero de repente pestañeas y todo ha vuelto a la normalidad. Quizás sea en ese segundo que vemos todo distinto, cuando apreciamos la verdadera magia de las cosas. Intentar plasmar con palabras ese pensamiento es algo también muy mágico. Un placer leerte, como siempre ;)

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  2. La belleza no está a la vista de (y a veces no es la misma para) todos, de ahí lo que la hace especial.

    Nunca hay que dejar de buscarla, ni que sea efímera ;)

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  3. Bonita forma de decir que te quedaste empanada durante un buen rato!!!

    Y una question, ¿lo que describes es arte, o sólo belleza? (Esta pregunta es para terminar de picarte).

    Obama.

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    1. Lo has conseguido, me has picado. Lo que describo, entendido como realidad, es puramente belleza. Ahora, lo que recogen mis palabras, ya que expresan un acto de comunicación, pueden encontrarse dentro del marco del arte (no me atrevo a llamar a algo que he escrito arte, pero espero que entiendas a lo que me refiero, mi querido Obama ;) )

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  4. You are an amazing writter!!! :)

    Malala Yousafzai.

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