sábado, 28 de enero de 2012

Nostalgia.

Después de muchos días sin aparecer por aquí hoy yo (Patri) regreso con una nueva historia. Se trata de dos relatos cortos que hice ya hace mucho tiempo... Estoy en plena época de examenes y apenas tengo tiempo para pensar acerca de nuevos relatos para publicar, pero creo que es una ocasión perfecta para colgar estos dos. Quizás se quede como una entrada un tanto larga, pero hoy me apetece explayarme, que llevo mucho tiempo enclaustrada entre apuntes xD.
Decía que es una ocasión perfecta porque en esta época de encierro me pongo muy nostálgica. Son dos ciudades que me impactaron. Me gustó todo de ellas. Ya no solo los monumentos y el arte que tienen, que es impresionante, si no el ambiente y todo lo que allí se respira. Sé que tengo que volver algún día y como de momento no puedo, lo dejo por escrito.
Es todo :)


PARIS.

Voy a escribir sobre Paris. Inventaré unos personajes inspirados en sus calles y volveré a través de la tinta a caminar en las avenidas, teñidas de sombras y luz. Pensaré en lo maravilloso que debe ser contemplar la Victoria de Samotracia romper con las olas del mar. Me enamoraré de un escritor bohemio atado a un final triste. Absorbido por el humo de sus pipa. Que me rapte con las palabras y me arrebate la voz en una sonrisa fugaz. La péndola será el portal que me devuelva a esa ciudad de nadie.
Me perderé entre la gente hasta encontrar un café. Contemplaré como pasan ajenos al ruido. No sabrán que escribiré sobre ellos porque ni siquiera serán conscientes de que estoy tras de sí. Seré dueña de sus vidas porque se hallarán escondidas en mi pluma. Saborearán el mundo cuando yo quiera presionar el papel.
Viviré en una pequeña azotea frente al sena. Pintaré mil y un cuadros en el trayecto de un Bateaux Rouge que surca las aguas.
Imaginaré la guillotina que derramó la sangre de Maria Antonieta. La espectación de la plaza.
Escucharé una y mil veces el impacto del órgano de Notre-Dame. Cerraré los ojos y dejaré que una melodía tan grandiosa vapulee todos y cada uno de mis sentidos. Tétrica. Imponente. Efímera en el tiempo pero perdurable en la memoria. Que hace que Notre Dame no pueda llamarse de otra forma.
Seré Esmeralda, la de Quasimodo, y aguardaré a la soledad de la nave para hablar con las gárgolas. Ellas despertarán de su sueño de piedra para aconsejarme sobre mis cuentos. Nos reiremos de la fantasía. De la nostalgia.

Pero no será hoy. Porque para escribir de verdad hay que hacerlo con el tiempo...




Patt. (el título deja mucho que desear pero soy malísima para eso. )

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